top of page

Nosotros

Desde 1993

Siglo XX

 

A finales del S. XIX y primeros del XX se crean las primeras colonias de segunda residencia, cuya promoción se debió, como en otros pueblos de la Sierra, a la iniciativa municipal que ponía a disposición terrenos del ayuntamiento que se enajenaban mediante el pago de un canon, con la única obligación de construir. Ejemplos de esta política municipal son la colonia de Matalaguna (o también llamada de la Estación) iniciada en 1.900, que agrupaba más de 140 casas antes de 1.936, y la colonia de las Eras.

 

Según una crónica de sociedad de 1.897, los barones de Chirel construían seis villas para sus numerosas hijas en la carretera de la Estación. En esas fechas ya está en funcionamiento la fábrica de metalurgia propiedad del barón, situada a orillas del río, frente al parque. Dicha industria se cerró en 1.910 con notable incidencia en el pueblo. El Barón del Castillo de Chirel fue un personaje importante en la historia de Los Molinos. Además de la metalurgia, colaboró en la financiación de la escuela (1884), construyó una gran vaquería, influyó en la construcción de la estación de ferrocarril, participó en la primera traída de aguas y posteriormente en la Sociedad de Aguas de Los Molinos.

 

 

Una antigua Fábrica de Hielo

Inauguración del Restaurante

El restaurante la Fábrica de Hielo en los Molinos en Madrid, fue inaugurado en 1993, en las antiguas instalaciones de una fábrica de hielo de mediados del s.XX que funcionó hasta 1970. Restaurado en 1992, conserva la maquinaria frigorífica de Ramón Vizcaíno en su ubicación original, así como la estructura de vigas.

La población en esta época sigue creciendo. En 1.910 se censaban 152 vecinos y en 1.920 se alcanzaba la cifra de 179. La construcción de la capilla de Ntra. Sra. del Carmen, situada en la colonia de Matalaguna, tiene como finalidad atender las necesidades de los veraneantes. La primera traída de aguas públicas data de 1.920. Posteriormente, en 1.923 se constituye la Sociedad de Aguas que construye una presa a comienzos de los años 40 de este siglo.

Durante La Guerra Civil Los Molinos formó parte del bando republicano, conservándose hoy en día varias casamatas de hormigón, de planta circular, que servían como nido de ametralladoras. El pueblo tuvo que ser evacuado y la vida quedó paralizada durante este tiempo.

Entre 1.940 y 1.957 se construyen cuatro viviendas para maestros, el grupo escolar Divino Maestro, el actual edificio del Ayuntamiento, sobre el mismo lugar en el que se levantaba el anterior, y un lavadero (actualmente dedicado a gimnasio municipal). Posiblemente de esta época es el puente de hormigón y piedra sobre el Guadarrama, en la carretera de la Estación (inicio del Paseo Miguel Menéndez Boneta).

 

Especial mención merece el arquitecto municipal Luis Rodríguez de Quevedo, que durante casi tres décadas dejará su impronta en casi todas las edificaciones que se llevan a cabo a partir de los años cuarenta. Suyos son el edificio del Ayuntamiento, el grupo escolar, el cementerio, y la mayor parte de las villas que se construyen en esos años, conformando un estilo característico.

 

 

Un croquis del término municipal de 1.949 recoge la existencia de unos tejares y cinco molinos harineros, dos de los cuales estaban abandonados. El último molino en activo, el de los Tres Puentes o de Evaristo, se cerró en 1.958, según testimonio del último molinero D. Adolfo Martín Mena.

Otras industrias de esa época son la fábrica de lejías y asperones “La Calzadilla”, la fábrica de sifones y gaseosas “Espumosos la Casita”, la fundición de D. Valentín Alonso Casares, la fábrica de hielo (hoy dedicada a restaurante, conserva las instalaciones de fabricación de hielo), la Churrería de Bolusiano, famosa en todos los pueblos de alrededor por sus patatas fritas.

 

En el sector del ocio estaban las Piscinas de San Antonio o de Evaristo, publicitadas ampliamente en la capital, a las que acudían numerosos madrileños los fines de semana del verano. El complejo “Jardín de Verano Casa Zacarías” ofrecía bolera, cine de verano y baile. Era el centro donde se divertía la juventud de los años 50 y 60.

 

A finales de la década de los cincuenta, Los Molinos cuenta con más de 800 edificios, de los cuales unas 600 son casas de veraneo, y 1.666 habitantes, que ascienden a 8.000 durante la época estival.

 

Entre 1.950 y 1.970 se lleva a cabo la urbanización masiva de suelo: Peñatova, de iniciativa municipal, El Linar y Los Almendros son algunas de las parcelaciones acometidas en ese periodo.

El importante desarrollo de la construcción en piedra atrae una fuerte inmigración de gallegos, que venían atraídos por la construcción de casas de piedra, y abulenses, que trabajaban en la repoblación del Pinar. Los gallegos proceden en su mayoría de Orense y, en concreto, del término de Padrenda, próximo a la frontera portuguesa. En la actualidad la población de origen gallego representa un 30% de los habitantes de derecho de Los Molinos. Es fácil oír hablar gallego, comer buen pulpo “a feira” con ribeiro, callos a la gallega o caldo; también se puede asistir a las fiestas promovidas por esta colonia en honor a San Benitiño do Rabiño.

 

El 15 de Agosto de 1.952 se inicia la primera romería a la Virgen del Espino erigida a iniciativa de un grupo de veraneantes y gentes del pueblo con el ánimo de acercar a ambos colectivos. La construcción de la Biblioteca por el MEC es de 1.968. La Marina española erige un monumento a la Armada en 1.982, en señal de agradecimiento por los servicios del pueblo al Sanatorio de Marina; el parque en torno a la ermita de San José es de 1.990.

El Plan General de Urbanismo de 1.969 supuso una renovación del casco antiguo en un treinta por ciento. La construcción de viviendas unifamiliares aisladas sigue pujante hasta nuestros días en urbanizaciones como Matarrubia, Majalastablas, Los Borregones, etc. En los últimos años aparecen conjuntos residenciales de viviendas adosadas, El Balcón de la Peñota, Luz Sierra…

 

El restaurante la Fábrica de Hielo además de restaurante es un trozo de historia del pueblo serrano "Los Molinos" y por eso hemos querido mantener su esencia conservando muchas de sus máquinas originales. El Restaurante "la Fábrica de Hielo en los Molinos además de un restaurante en la sierra de Madrid a un paso de Guadarrama y Navacerrada,  es un auténtico museo.

 

 

 

bottom of page